Desde hace unos años, guardo una semana de vacaciones para disfrutar de un retiro en San Juan de Alicante donde lo más complicado es elegir entre playa y piscina. Aquí se prepara el invierno y cómo afrontar unos meses cada vez más llenos de viajes, proyectos, … y en general, faltos de tiempo.
Al principio siempre me cuesta entrar en la dinámica de este sitio. Demasiado pautado quizás: gimnasio (si me pongo el despertador), desayuno, playa o piscina, comer, piscina, ducha, paseo y cena. Nada complicado pero la verdad es que ayuda a salir de la vorágine diaria de las últimas semanas o meses.
Eso ayuda a no dedicar carga mental extra para organizar el día y dejar discurrir las horas entre una actividad y otra. Y permite liberar la cabeza para planificar esos fines de semana largos, cómo hacer que los viajes impacten lo menos posible o buscar las etapas del Camino para diciembre.
Y sobre todo, eso ayuda a mantener el dedo lejos del icono del correo electrónico y comprobar si hay algún fuego en el que echar una mano.